Roses ha dado el pistoletazo de salida a la 15ª edición de la Transpyr Coast tono Coast este domingo 8 de junio
Alrededor de 300 ciclistas, provenientes de 26 países de todo el mundo han tomado la salida desde el Puerto Deportivo de Roses con el reto de llegar, después de cruzar los Pirineos, el próximo sábado, 14 de junio
El domingo 8, el Puerto Deportivo de Roses volvió a convertirse en el epicentro del ciclismo de aventura con el inicio de la 15ª edición de la Transpyr Coast to Coast.
Esta emblemática travesía ciclista por etapas, considerada una de las diez mejores del mundo, propone un reto épico: cruzar los Pirineos de mar a mar en siete días, desde el Mediterráneo hasta el Cantábrico, en cualquiera de sus tres modalidades: BTT, Backroads (ciclismo de carretera) y bicicletas eléctricas.
La primera etapa, con salida en Roses y llegada a Camprodon, abarca 105 km y un desnivel positivo de 1.800 metros. Este tramo inicial sirve como introducción al reto, con un recorrido que atraviesa el Pirineo de Girona, en las comarcas del Alt Empordà y la Garrotxa, ofreciendo paisajes variados y una transición progresiva hacia los terrenos montañosos. Tras Camprodon, los ciclistas completarán las siguientes etapas hasta llegar a La Seu d’Urgell, El Pont de Suert, Aínsa, Jaca, Burguete-Auritz y, finalmente, el sábado 14 de junio, a Irún.
Con más de 900 km de recorrido y un desnivel acumulado que supera los 17.000 metros, la Transpyr Coast to Coast atrae cada año a unos 300 ciclistas de todo el mundo. Los participantes pueden elegir entre varias modalidades: Grand Raid MTB, Backroads para bicicletas de carretera, y E-Transpyr para bicicletas eléctricas, adaptándose así a distintos niveles y preferencias.
Roses, como punto de partida, reafirma su compromiso con esta aventura deportiva.
Según Oriol Sallent, miembro de la organización, “Roses tiene una característica que la hace muy adecuada para esta prueba, porque es en Roses donde nacen los Pirineos y está junto al mar, por lo tanto da mucho sentido a la Transpyr Coast to Coast”.
El evento no solo destaca por su exigencia deportiva, sino también por su capacidad para fomentar el turismo y proyectar internacionalmente la región.
La Transpyr Coast to Coast 2025 se convierte en una experiencia inolvidable para los participantes y en un evento destacado para la Villa de Roses. Gracias a la combinación de paisajes espectaculares, desafíos físicos y una cuidada organización, esta travesía ciclista sigue consolidándose como una cita imprescindible en el calendario deportivo internacional.
Bienvenida a los ciclistas de la Transpyr en la Ciudadela de Roses
El sábado 7 por la tarde, se celebró en la iglesia de la Ciudadela de Roses un acto de bienvenida a los ciclistas participantes de la Transpyr 2025. Oriol Sallent, miembro de la organización, quiso presentar a las autoridades locales: el alcalde Josep Maria Martínez, el concejal de Deportes y el diputado de la Diputación de Girona y vicepresidente segundo del Patronato de Turismo Girona Costa Brava, Joan Plana. Sallent señaló: “Para vosotros quizás no sea relevante, pero para nosotros lo es muchísimo, porque son ellos quienes apuestan por hacer realidad eventos como la Transpyr”.
A continuación, el diputado destacó que “desde la Diputación de Girona celebramos enormemente que una prueba de la dimensión nacional e internacional de la Transpyr salga de nuestra casa, de la Costa Brava y concretamente de Roses, porque la Transpyr representa para nosotros dos cosas: la afición al deporte y, por tanto, a la salud, y también la gran proyección de la marca Roses asociada a los valores que transmite esta prueba”.
Después, el alcalde de Roses compartió una anécdota histórica con los ciclistas, explicando que “tenemos datos de que en este monasterio hubo un abad que huía de ataques piratas, y si ustedes se comprometen a volver el año que viene, les haré un descubrimiento cultural relacionado con la historia de Roses y la construcción de este monasterio, que se edificó sobre otra iglesia”.
El acto finalizó con Francesc Sallent, también miembro de la organización, entregando un pequeño bote con sal del mar Mediterráneo, que será llevado hasta el mar Cantábrico como símbolo de unión entre los dos mares, tras siete etapas ciclistas por los Pirineos.